viernes, 4 de noviembre de 2011

A veces hay que dejar de soñar para poder disfrutar los momentos del presente... pararte a pensar un minuto en todo lo que tienes, en las miles de sonrisas que esbozas cada día por alguna inexplicable razón, en los momentos que rondan horas y horas por tu cabecita intentando guardarse con el mayor numero de detalles posibles.
Y es que los pequeños detalles, una palabra sincera, una caricia llena de sentimiento, la complicidad de un beso, la profundidad de una mirada... esas pequeñas cosas son las que realmente recuerdas cuando llamas a gritos a la felicidad, las que se guardan como un verdadero tesoro en lo mas hondo de tu ser. Esas pequeñas cosas son las que van llenando poco a poco días de ensueño.


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