Cuando sientes la necesidad de sacar todo lo que llevas dentro, cuando no hay suficiente hilo en el mundo para coser los desgarros de tu corazon, cuando las palabras retumban en tu cabeza haciendose oir por encima del ruido, cuando decides no mirar a los ojos por miedo a perder, cuando los sueños hacen daño, cuando las caricias se vuelven escasas y los besos ya no saben a amor. Entonces y solo entonces te replantearas la existencia de un principe dispuesto a salvarte de los peligros del amor, capaz de rescatarte de esa oscuridad en la que te encontrabas sumida con una simple sonrisa, con una simple mirada de esas que paran el tiempo y detienen los semaforos.