miércoles, 11 de enero de 2012

Ya no hay nada que recordar, nada que salvar. Estamos perdidos, condenados a vagar a lo largo del tiempo en busca y captura de un corazón. Bucle continuo de miradas, cúmulo de sensaciones que producen quemazón en lo mas hondo de la piel. Vivimos pendientes del futuro, esquivando el presente e intentando olvidar el pasado. Vamos en busca de un "nosotros", huyendo del miedo, cerrando los ojos cuando llega la oscuridad, dejándonos arropar por los sueños, por un polvo de hadas que nos alivie un poco el dolor. Alzamos los brazos en vano, sabiendo que ya no podemos volar, buscando esa misma sensación que nos recorría los huesos, evadiéndonos de todo temor, haciéndonos levantar los pies del suelo, esquivando todo pensamiento que nos pueda alejar de la verdadera felicidad.

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