Abandoné a la cordura presa de un sueño de miradas donde la locura por
amor viene sin caja ni instrucciones. Un sueño repleto de besos a la luz
de una farola; sonrisas de Peter Pan cargadas de inocencia, tan bonitas
que se ven de aquí hasta nunca jamás. Un sueño fragil que se desvanece
cada amanecer con la primera luz del alba.
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