lunes, 30 de abril de 2012

Supongo que fue mejor no hablar más de aquel sueño lleno de incoherencias y fantasías, pero aún hoy hay días que recuerdo tu sonrisa mirándome desde el sofá, o como me llevabas en volandas hasta tu cuarto para pedirme lo que nunca llegué a cumplir. Es echarme a dormir y acordarme del tacto de tus dedos retirándome el pelo; mirarte a los ojos esperando quizás un te quiero. ¡Ilusa de mi!  Los poetas como tú no se atan con palabras, vivías ajeno al tiempo, contando las locuras que la vida te llevaba a cometer. Vivías de sonrisas y suspiros, de miradas sin razón, esperando que tu corazón diera un latido de más al verla aparecer. Que tonta fui queriendo cortar tus alas, dejándote escapar, diciéndome cada día que no me convenías... Y ya ves, aún a día de hoy me reprocho el no haber seguido los impulsos que gritaban por salir, aún a día de hoy me pregunto como sería caminar cojidos de la mano viendo atardecer...


1 comentario:

  1. Es lo peor darse cuenta de lo que teníamos justo cuando ya lo perdemos. Pero esos errores nos hacen aprender a no volver a cometerlos...aunque seguimos haciéndolo :S ¡Me ha gustado! ^^

    ResponderEliminar