Anda perdida en un castillo lleno de quizás, miedos e inseguridades. Los tormentos que un día atormentaron su delicado corazón no se irán hasta haber destrozado todas y cada una de las sonrisas que cada vez con menos frecuencia afloran en ese rostro de ojos color café. Las carcajadas antes de dormir fueron sustituidas por un mar de lágrimas que amenaza con hundir lo que con tanto esfuerzo lleva construyendo casi veinte años atrás, llamalo vida, si es que se puede llamar así. Por culpa del miedo se encuentra paralizada entre la felicidad y el abismo, por culpa del miedo perderá lo que desde hace tanto tiempo ansía, un corazón que la quiera de verdad... Alguien que esté cuando las palabras fallen y solo los abrazos puedan hablar, alguien que con una simple mirada sea capaz de transmitir sin necesidad de pronunciar, diálogos a través del cuerpo, de corazón a corazón.