viernes, 12 de abril de 2013

Tarde vacía, cabeza llena de problemas. Las palabras se agolpan sin saber bien que decir, sin saber delante de quien desnudarse, tímidas, complejas, frías...


Seamos francos, la vida es una gran mierda. "Nada es como quisieras que fuera, todo es mucho mas complejo". Caes, lloras, te levantas y vuelves a tropezar. La soledad llamará a tu puerta cuando veas el abismo a tus pies, y serás tú, y solamente tú la que decida retroceder, la que busque el sol mas allá de ese cielo oscuro que baña tus días. "Ni estuviste, ni estarás, cuando nací, ni cuando mueras". 
No muestres tu debilidad, no llores en público, no pidas ayuda. 
Que sea la almohada la que te seque las lágrimas, que las cuatro paredes de tu habitación se conviertan en tu fortaleza. 

Cuando aprendas a vivir en soledad lograrás vencer a la tristeza.
Cuando no necesites una mano amiga para volver a caminar podrás presumir de fortaleza.
Y en lo que esperas, la vida pasa, te cala, te marca, se escapa como un bostezo a las tantas de la madrugada, silencioso, tímido, inocente... 
Pero lo que escapa, nunca regresa. 
Pasan los días, pasan las horas, y tú sigues ahí, vacía, serena, ajena a aquello llamado vida.

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