miércoles, 28 de agosto de 2013

El tiempo pasa, las cosas cambian, las huellas en aquella playa se borrarán tratando de llevarse consigo los recuerdos de aquel verano, la tinta de tu piel se desgasta desafiando las palabras de tu madre "los tatuajes son para siempre". Las palabras se las lleva el viento, el viento cambia constantemente de lugar, el aire que respiras nunca es igual... "Mañana será otro día", otro día distinto de "ayer". Vivimos en constante cambio y sin embargo nos imponen "conservar" para sobrevivir. Conserva tu empleo, conserva tus amistades, conserva tu figura, conserva tu dignidad... Nunca me enseñaron a conservar, nunca me enseñaron a cuidar los "para siempre", nunca creí en los "para siempre" hasta que te conocí.
Una sonrisa, una mirada, un guiño travieso antes de marchar, tu pelo recién lavado, tu cuerpo cubierto de gotitas de agua, tú bajo la lluvia, tú bajo las sábanas, tú bajo la tenue luz de un amanecer junto a la playa, tú y tus palabras, tú y tus gestos de cariño que me matan y me atrapan desafiando cualquier posible regla del amor y la cordura. Tú y tus labios... Tú y tu jodida forma de besar, tú y tus caricias. Tú y solamente tú.
¿Quién dice qué no existen los "para siempres"?

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