martes, 3 de septiembre de 2013

Y justo en ese momento escuchó un "crash" proveniente de lo mas profundo de su ser. Todas las dudas, todos los miedos, todos los temores que tanto tiempo había conseguido guardar en aquella pequeñita y frágil caja de cristal salieron a la luz, desatando mil emociones y un mar incalculable de lágrimas sin control. Estaba claro que ella no estaba hecha para querer. Cometía errores que no dejaba de cometer. Ella quería mas, mucho mas, y los demás no podían seguir su ritmo, lo cual únicamente llevaba a aquel inconfundible dolor que mas de una vez había acuñado a su sensible corazón... Soñaba con cerrar los ojos y desaparecer, soñaba con empezar de nuevo en quien sabe donde, soñaba con un mundo sin dolor, sin sentimientos, soñaba con ser libre, soñaba con chasquear los dedos para encontrar la solución.

Odiaba esa clase de dolor, aquel imposible de curar con pastillas, ese que por mucho que llores buscando desahogo sigue apretando, y al final lo único que puedes hacer es cerrar los ojos, secarte las lágrimas y poner buena cara a un mal día, mientras que por dentro te consumes hasta quedarte sin fuerzas...

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